sábado, 4 de enero de 2014

Lluvia, lluvia, ¡Lluvia!

Tardes de lluvia que son para no quitarse el pijama en todo el día, escribir, para escuchar música en la cama, para dibujar al lado de la estufa y para ver películas en el ordenador. Adoro la lluvia, pero he de decir que los días así me deprimen. Veréis, me encantaría salir y mojarme, pero mojarme mucho, de esto de llegar a casa y que tu madre te diga, "niña, sécate esos pelos que te vas a costipar." o cosas así. Os juro que me encantaría hacerlo, sola o con alguien, me da igual, pero hacerlo. Y bailar, bailar bajo la lluvia, ¿No había una peli o algo que se llamaba así? Bueno, otra cosa más que hacer antes de morir. Los días así en parte son un poco para quedarse mirando a través de la ventana en la que las gotitas de agua parecen competir a ver quien es más rápida y llega antes al filo del cristal, ¿A que sí? Tardes para morirse de frío, esas son las mías, mis favoritas.
Pues eso, que las tardes así me encantan, la lluvia me encanta, el Invierno me encanta. 


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